La magia de la infancia, en blanco y negro

El dibujante y guionista Luis Durán publica la novela gráfica El mago descalzo

PEIO H. RIAÑO MADRID 03/12/2008. Diario Público.

Dedos infinitos. Huesudos y nerviosos. Dedos que se ríen cada vez que contesta a alguna de las preguntas. Luis Durán (Oñate, 1967) es un tipo alegre y tierno, que no ha cortado todavía con su infancia. Que se ha protegido contra el mundo violento con un lapicero, una hoja en blanco puro y un rótring del 0,3. Y del 0,4, que para la nueva novela gráfica que acaba de publicar ediciones La Cúpula ha necesitado una punta algo más gruesa. El mago descalzo es un relato que parte de hechos reales para ser afinada como una fábula.

Dicen de él que es el mejor guionista de cómics de los autores españoles y que eclipsa sus dibujos. Lo cierto es que Durán es uno de los pocos autores que ha sabido aprovechar el cambio de formato del género: del álbum clásico de 48 páginas con tapa dura, a la novela de más de 200.

Luis Durán

"Los tiempos han cambiado", dice y no se refiere a los precipitados caminos que ha tomado el progreso. Lo dice para explicar que en la estructura narrativa, con un aumento de las páginas por libro, ha crecido la posibilidad de desarrollar personajes y situaciones . "Siempre hay que aprovecharse de estos inventos del marketing, como la novela gráfica".

Así ocurre en El mago descalzo que elimina por completo la presencia del narrador, dejando las viñetas en su mayoría, en un profundo silencio. "Utilizo los blancos, las pausas, los ritmos calmados y consigo unas transiciones más fluidas", explica.

Dicen de él que es

el mejor

guionista de

cómics de los

autores

españoles

Luis Durán, tras su propia sombra. GABRIEL PECOT

 

Algo está cambiando profundamente en el lenguaje del cómic y Luis Durán es la avanzadilla que no pisa en falso. De ahí que haya recortado diálogos, que sea la propia imagen la que lleve el peso de la historia . De ahí que "cuanto más escribo un guión, más texto quito". Y con éste estuvo casi un año, hasta que entintó.

La tinta, el fin de la batalla

"Hay escenas que he ido simplificando muchísimo, leyéndolas una y otra vez. Lo más relajado es entintarlo, cuando ya está todo decidido. Hasta entonces es una batalla muy dura. Al final llega el momento de la tinta y la música a tope", resume Durán.

"Es más importante lo que insinúas que lo que cuentas" . Eso suena a ejercicio de confianza con el lector. "Quizá, ahora ya lo puedo hacer porque confío más en mí mismo".

Otro de los atractivos de este dibujante es su apego a la realidad para darle alas de fantasía. Hasta lo más real siempre lleva algo de magia. En este caso, parte del hecho real que es el decreto canónico que Benedicto XV promulgó para prohibir las imágenes en las procesiones del Corpus.

"En mi pueblo, Oñate, eran una tradición, así que recurrieron por carta y consiguieron escapar de la orden", cuenta.

Infancia a buen recaudo

"La infancia queda retratada como un paraíso perdido"

Precisamente, la Iglesia que retrata Luis Durán es dulce y bien tratada. El cura que viaja a Roma es un cura que duda, "sí, algo tiene de San Manuel Bueno Mártir, necesita una señal". Y la señal le llega desde el mundo de la infancia. Los tres amigos protagonistas desarrollan su mundo interior en una casa abandonada, que es como el paraíso de cualquier niño, llena de cajas sin desembalar.

"La infancia queda retratada como un paraíso perdido, el lugar donde nos ocurren las cosas más importantes que más nos influirán en nuestra vida", apunta Luis y en verdad son personajes que no han perdido sus deseos de vivir en un mundo mejor.

No son héroes, los suyos son personajes extraordinarios por su inadaptación : "Se encuentran en una situación que no entienden y en un lugar que no les corresponde".

Entre capítulo y capítulo aparecen imágenes de juguetes, que son recuerdos del propio Luis Durán. ¿No es él en el fondo el protagonista ausente de esta historia?

Fuente original: http://www.publico.es/culturas/180245/la-magia-de-la-infancia-en-blanco-y-negro
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